LAT AM MO

La arquitectura moderna comúnmente es adjudicada a las obras Norte Americanas y Europeas; sin embargo, la modernidad en Latinoamérica genera una nueva concepción e ideología de esta. El modernismo latinoamericano nace de una necesidad social y cultural, cual influye en la materialización de las obras. A diferencia de la modernidad Norte Americana y Europea, que eran propulsadas por un interés y enfoque capitalista.

Las situaciones políticas y la reestructuración social provoco que la modernidad germinara en las ciudades. Así mismo, entendiéndose como una arquitectura urbanística, que difiere de un interés antropocéntrico. La materialidad y el proceso constructivo empleado contienen una sensibilidad acerca de su identidad alejándose de un “anonimato”. De manera que, se vio una modernidad más expresiva cual además de celebrar un avance tecnológico promovía un espacio adaptado a la condiciones sociales, culturales, políticas, climáticas etc.

Ya sea por las obras de Oscar Niemeyer, Carlos Raúl Villanueva, Lina Bo Bardi o Luis Barragán se presencia una riqueza espacial particular no características de la modernidad americana o europea. Muchas de estas obras contemplan “lo contemporáneo” así mismo, convirtiéndose en algunos casos piezas atemporales. Al igual, se presenta una narrativa de las dificultades y retos; por ejemplo, en el complejo de viviendas “half house” de Alejandro Aravena. El periodo de los 50’s-80’s vislumbro un desarrollo cultural y social por medio de la arquitectura moderna.

Se puede decir que, el modernismo Latinoamericano fue más experimental y demostrativo, producto de una densidad y diversidad de problemas sociales. Estas manifestaciones arquitectónicas repensaron y moldearon el “modernismo” brindando una amplia experiencia perceptual. Ya fuese por lo colores, texturas, manejo de luz natural o por la sensación de calidez en el espacio; se formó una arquitectura más allá de una estructura habitable sino, un recorrido que alberga un acercamiento filosófico.